El feuilleton inaugura hoy nueva sección intermitente: Tentempié. Apuntes tan breves como diversos, hechos tal vez con cierta intención polémica
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La realidad me supera, en todos los sentidos. Ayer fotografíe esto y, antes de que me de cuenta, ha sucedido y dejado titulares épicos para “El País”. Habrá que dejar de hablar de política populista para empezar a hablar de política pop. Frente a un Partido Popular al que lo que le gusta no es el poder, sino la pasta (aquello del “saqueo” y la “amnistía fiscal”, aquello de marcharse a la empresa privada en cuanto han hecho el capital social necesario a través de la política), la izquierda muestra que lo que le gusta de verdad es la cultura e inventa la política del consumo pop. Ahora tendremos que decir si queremos votar a García Montero, en caso de que nos guste Joaquín Sabina y la poesía (seamos piadosos y evitemos mencionar a Miguel Ríos), a Gabilondo en caso, según me dicen, de que nos guste Dominique A, o a Iglesias en caso de que lo que nos guste de verdad sean las series de HBO. (Excurso: el otro día en La Sexta quedó bien claro cómo ese gusto te posiciona socioculturalmente, cuando una mujer le dijo a Pablo Iglesias que ella no las conocía, que ella vía las series de Canal Sur.) Por fin, la política de colegas con los que compartir tu consumo cultural y sentirte acogido. En vez de votar deberían llamarlo “likear”.