Kanyeism II: Putting Pieces Together

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¿Qué sabemos hasta hoy del próximo disco de Kanye West? Obviamente cada nuevo disco suyo no es sólo una nueva serie de canciones y de nuevas oportunidades para vaciar su mente en entrevistas o para producir algunos videos —aspecto este ultimo en el que se perciben las notables limitaciones de Kanye para llevar una creatividad tan compleja en lo sonoro a territorios plásticos—. Robert Christgau supo sugerir tempranamente el sentido de sus discos cuando escribió en la reseña del primero que Kanye era, sobre todo, un conceptualizador. Y las canciones, entrevistas, espectáculos e imágenes que conocemos hasta ahora de este nuevo ciclo creativo van perfilando ya un concepto.

El primer contacto con una nueva canción de Kanye fue en mayo de 2014, cuando lo que se anunciaba como una versión incompleta de “God Level” apareció en un anuncio de Adidas. El espectro de Yeezus estaba aún demasiado presente, y si la fusión entre ritmo y melodía en una misma secuencia tal vez simplificaba la agresividad, lo cierto es que era imposible pensar la canción —lo mismo que las distintas producciones de Kanye para Pusha T— fuera del espacio estético que había definido aquel disco. La inexistente química con las insípidas imágenes de futbolistas y seguidores del vídeo de Adidas al que acompañaba no permitía imaginar tampoco en que dirección llevaría a Kanye la sinergia creada por su contrato con la marca deportiva para diseñar una línea de ropa.

Casi nueve meses después apareció la siguiente canción, ya como single: “Only One”. No es fácil tratar de articular el impacto que produjo al aparecer a principios de este mismo año. ¿Cómo podíamos leer lo que era presentado explícitamente como una colaboración con Paul McCartney? Su aportación a la canción era una simple progresión de acordes en un piano eléctrico, sobre la que Kanye desarrollaba una melodía simple, filtrada por un Auto-Tune que también trataba hasta la distorsión las voces con las que en distintos momentos se doblaba a sí mismo. La ruptura con el sonido de Yeezus /”God Level” era total, para remitir ahora a 808s & Heartbreak, su espectacular álbum de 2008.

Sin embargo, su lógica interna parecía remitir a un elemento central en el sonido de Kanye West desde sus comienzos: la relación inherente entre las estrategias de producción del hip hop y la voluntad de construir enormes canciones. Si el joven Kanye se hizo famoso por samplear discos de soul dejándolos casi intactos, añadiendo apenas un ritmo y el rapeado sobre ellos —”Bound 2″ ha acabado por ser el ejemplo más radical de esta estrategia—, los medios y el objetivo de sus producciones fueron cambiando. Progresivamente trató de seguir la misma lógica de producción pero ahora tomando elementos de la cultura pop, sampleados y articulados en una nueva dirección para lograr unos resultados concretos (pensemos en “POWER”), mostrando una continuidad total entre sus producciones de hip hop y su posterior evolución en busca de la gramática universal de la canción pop. No menos chocante que la inclusión de Paul McCartney fue la del vocalista de Maroon 5 o de Bon Iver en canciones previas. Pero probablemente el referente mas exacto para entender esta lógica está en su single “Stronger”, donde sampleaba “Harder, Better, Faster, Stronger” de Daft Punk, dejando la canción original virtualmente sin tocar. Ya era una perfecta canción pop.

Kanye colaboró después directamente con Daft Punk en la composición de algunas de las canciones de Yeezus. La aparición de Paul McCartney se salta el paso precedente —samplear alguna de sus canciones— para acudir definitivamente a la fuente. ¿Para qué samplear una canción pop cuando puedes conseguir directamente una canción pop de una melodía de Sir Paul? Sampler vivo. “Only One” muestra una vez más que el verdadero talento de Kanye como productor consiste en encontrar la pieza de la historia del pop perfecta para producir la emoción buscada al engarzarla en el espacio sonoro de la composición, verdadero estilismo de la canción pop. (Por otra parte no hay más que ver sus fotos durante una década para darse cuenta de que ese sentido estético no funciona en ningún otro sentido.)

“Only One” dio además pistas sobre la dirección estética en la que Kanye West está yendo en este momento con la difusión de su vídeo, dirigido por Spike Jonze. La canción era vestida con las imágenes más simples posibles —un paisaje rural lluvioso, Kanye y su hija—, mostrando que su elección estética es ahora la no-estética. Es inevitable, sin embargo, pensar en la complejidad productiva inherente a esa no-estética, imaginando la ausente presencia del equipo que debió acompañar el rodaje al otro lado de la cámara.

La colaboración con Paul McCartney ha continuado en “FourFiveSeconds”, sumando ahora a otro icono pop, Rihanna, cuya distintiva voz ya había sido utilizada antes por Kanye. Sin embargo, la química compositiva que hace posible un éxito pop está aquí totalmente desequilibrada, dando como resultado una canción de rock adulto, en que lo único interesante sucede, precisamente, en el momento en que Kanye canta, doblado por la voz de Rihanna, que grita en la distancia del estudio.

El primer momento de definición estética y musical completa del álbum llegó con “Wolves”, estrenada sucesivamente en la presentación de su primera colección de ropa para Adidas, “Yeezy Season 1”, y en el programa de cuarenta aniversario de Saturday Night Live. La utilización de su propia música en la presentación muestra que el diseño de ropa es para Kanye una pieza más en el continuo del pop contemporáneo —conocer a McCartney es como conocer a Ralph Lauren, dijo a Zane Lowe en una reciente entrevista—. La aparición estática de los modelos vestidos con las distintas prendas en una sala progresivamente iluminada dejó ver de nuevo que la sencillez era la clave también de sus diseños de ropa—muchas de las piezas parecen prendas deportivas de Muji cuidadosamente maltratadas—. La canción, destinada a abrir el disco, es también la depuración de los principios constructivos logrados en sus discos precedentes. Su voz tratada por Auto-Tune, una fantasmal voz femenina flotando sobre unas percusiones industriales que dejaban paso a un bajo repetitivo, que mantenía el pulso durante toda la canción, que concluía con dos nuevos engastados pop, en la forma de las voces de Sia y Vic Mensa. (Sia, otra artista pop que gusta envolver sus canciones de un riguroso pop mainstream en decoraciones conceptuales y performativas, sin llevarlo todavía tan lejos como Lady Gaga). No hay que olvidar que Kanye es muy consciente de las limitaciones de su voz, particularmente patentes en la versión en directo en SNL, y deja los momentos de mayor matización emocional o mayor enganche pop de sus canciones a otros cantantes más técnicos y capaces que él. El precipitado de elementos vuelve a funcionar ahora a la perfección, tanto dentro de la canción como en la relación con su puesta en escena estética, tan desnuda en la presentación de la colección como en la actuación de SNL, vistiendo Kanye en las dos ocasiones la misma ropa —pantalones deportivos y hoodie negro— y desarrollándose ambas en un espacio cuya iluminación y tonalidades grises eran también muy similares.

Pero la puesta en escena de la colección, cuyo sentido ultimo surgía de su presentación colectiva, en bloque, no pieza por pieza, con todos los modelos presentes en el momento final, mostraba que había algo más. Las preocupaciones sociales que habían surgido del cruce de Kanye y el mundo de la moda y que dieron a Yeezus su peculiar rabia han evolucionado ahora en otra dirección. Kanye habla en sus entrevistas de la necesidad de un diseño accesible, de acabar con la tiranía de los precios, y cita a H&M y Zara como referentes. Kanye está buscando convertir, con irregular fortuna, esta nueva línea de minimalismo estético desplegada también en su colección para Adidas en una afirmación política, un ensayo de democratización del diseño.

Todo esto fue llevado al paroxismo en la presentación de la ultima canción que conocemos del disco,”All Day”, en la gala de los premios Brit. Musicalmente la canción era lo mas cercano al trap que Kanye ha hecho desde algunas canciones de Watch the Throne, superponiendo a la elástica base de bajos 808 un sintetizador que sonaba casi como una voz femenina y los coros en Auto-Tune, convertidos en el mayor elemento de continuidad entre todas las canciones que conocemos hasta ahora. Pero el verdadero impacto de la canción estaba en la puesta en escena, con Kanye enfundado de nuevo en uniforme negro con hoodie, perdiéndose en un extenso grupo de jóvenes negros vestidos de idéntica manera, intermitentemente iluminados todos ellos por las llamaradas de dos gigantescos lanzallamas. Kanye se integraba ahora en lo colectivo, borrándose. Estética de la no-estética y colectividad remitían ahora a otra dimensión política, que retomaba implícitamente las ideas sobre el racismo de Yeezus. Como prensa y músicos británicos se apresuraron en señalar, los jóvenes que acompañaban a Kanye eran todos ellos músicos de grime, que como el MC de grime Wiley dijo inmediatamente nunca hubiesen estado presentes de otro modo en una entrega de premios como ésta. Volvía sí el sentido social que Kanye había querido dar a Yeezus, obsesionado con el racismo estructural en el mundo de la cultura pop, actualizado aquí en un discurso en que lo colectivo tomaba esa marca racial transparente al traer a los continuadores de uno de los géneros mas innovadores que se han dado en Gran Bretaña a unos premios mainstream. La intervención fue en conjunto esencialmente la versión nuevo Kanye —ese Kanye reflexivo de su reciente entrevista para “The Breakfast Club”— de sus desastradas intervenciones en los Grammy.

“All Day” decepcionaba después en su versión de estudio, con un Kanye menos energético en su rapeado, y una producción que a pesar de que permitía escuchar en detalles unos arreglos más industriales y espaciosos, acababa degenerando en un inexplicable cierre con Paul McCartney silbando y rasgando una guitarra acústica, dando paso a otro beat completamente diferente, más electrónico, que acompañado de una voz en Auto-Tune se convertía en innecesaria coda. Lo poco que hemos podido ver del vídeo que Steve McQueen ha rodado para la canción insiste en la estética minimalista —formal y cromáticamente— de sus últimas intervenciones visuales, desarrollándose en una nave industrial vacía salvo por el propio Kanye. Pero sobre todo insiste conceptualmente en el significado de la performance en que dio a conocer la canción, al encargar el vídeo a un director británico negro que ha saltado a la fama internacional por una película sobre la esclavitud. Kanye a veces no es sutil.

Casi al mismo tiempo supimos que el disco se llamará So Help Me God, y vimos su portada —un símbolo medieval que representa a la madre de Jesús, continuando la línea religiosa de Yeezus— y el listado de canciones, donde podemos comprobar con un respiro que “FourFiveSeconds” no estará incluida. (Como tampoco lo estará la recién filtrada “Awesome”, balada marital de indefendible puerilidad.)

¿Qué sabemos, entonces, sobre el futuro disco de Kanye West? Sabemos que musicalmente aparece hasta ahora como un choque particularmente grácil entre 808s & Heartbreak y Yeezus, los dos momentos de mayor y más depurada intensidad estética de Kanye en el pasado, que ahora es fácil leer como pasos hacia una progresiva depuración de los arreglos y las estrategias de producción (con My Beautiful Dark Twisted Fantasy como una anomalía, un paso atrás en el desarrollo de su sonido). La sentimentalidad y el tratamiento de las voces del primero, unido a los espacios diáfanos creados para los sonidos en el segundo, siempre sometidos a un trabajo de hipercontrol por parte de una verdadera legión de productores, confluyen en las nuevas canciones, tal vez definiendo lo que será el estilo de un Kanye West maduro.

Más problemático es el concepto global del álbum, entendido en ese continuo pop que nos lleva de las canciones a los vídeo y a la misma colección de ropa. Tras la (relativa) no-estética de Yeezus (desmentida casi desde un principio por la impactante estética post punk de su actuación en SNL) todas las pistas apuntan a que el nuevo disco de Kanye utilizará la no-estética como estética dominante, ahora sí de manera completamente abierta, aparentemente con dos funciones: emocionales y políticas. Es particularmente en este segundo aspecto donde Kanye se arriesga a perder la relevancia en su constante búsqueda de la misma —constante paradoja de la cultura pop—. Hoy mismo ha aparecido una cuidada serie de fotografías de Jackie Nickerson bajo el título de “Yeezy Season One”, que hace las veces de catálogo de su colección para Adidas, con el propio Kanye entre los modelos, que traía consigo ciertos fantasmas del pasado: Death Grips. Si el propio Robert Christgau pudo reseñar Yeezus epigramáticamente señalando como dirección fundamental del disco “Death Grips–Be Like Them” y Anthony Fantano desestimarlo, entre otras cosas, por ser una versión diluida de la experimentación de este grupo, MC Ride y Zach Hill reaparecen ahora en el horizonte como referentes estéticos. El parecido de la foto de Kanye en el catálogo con la imagen de MC Ride en las fotografías de Death Grips hechas por Tom Spray y Jimmy Fontaine es innegable. Su estética de un minimalismo oscuro, urbano, es tan poco original como el radicalismo chic de esas presentaciones en colectivo de su ropa o sus canciones. (El radicalismo chic es todo un género que tiene a su principal promotor en Romain Gavras, con el que Kanye colaboró ya en el video de “No Church in the Wild”.) Y es que esas ideas sobre la autorepresentación como parte de lo colectivo, la lucha contra el privilegio, la estética deshilachada del guerrillero urbano activista en movilizaciones sociales, llevan funcionando socialmente casi un lustro ya, unos años en los que Kanye estaba claramente a otra cosa, política y estéticamente.

Como en el caso de la oscura estética visual y musical de Death Grips, se trata ahora de presentar una versión tolerable de todo ello. Una versión comercializable. Porque el horizonte final de Kanye nunca será político, no importa cómo formule sus metas. Kanye West es, como él mismo no se cansa de repetir, un producto, una marca cuidadosamente gestionada por el propio Kanye West. Su trabajo es localizar la excelencia estética experimental en los márgenes de la cultura de consumo y llevarla al centro, siguiendo el ideal del modernismo productivista, como ha dejado claro la historia mil y una veces repetida de su encuentro con una lámpara de Le Corbusier. Es aquí donde aparece la relevancia de Kanye West para nuestro presente cultural, no en esa tardía apropiación del radicalismo chic. Kanye aparece como el paradigma del músico contemporáneo que funciona según la lógica de las llamadas industrias creativas. Kanye es consciente de que hay investigadores como Death Grips (en sí mismos nada ajenos a las estrategias performativas como potenciadores comerciales, no dirigidos en su caso tanto a ganar dinero como a reforzar la marca Death Grips) haciendo cosas interesantes y aplica los procesos y estrategias creativas de estos experimentadores a su trabajo con una férrea lógica de marketing estético, sometiéndolas a la sinergía que le permite su posición económica y creativa privilegiadas. En último término lo que prevalece es la visión de la dirección en que se debe llevar la marca Kanye West para que siga siendo relevante, productiva, pero también rentable.

Este disco será cuando aparezca una vuelta de tuerca más en esa marca, esa casa de diseños musicales que es, desde hace ya diez años, Kanye West. No se podía espera más de este nuevo Kanye “consciente”, pero tampoco menos que un relanzamiento estético de la marca Kanye West, conservando al mismo tiempo todos los elementos que han hecho de él un producto cultural de valor seguro.

One thought on “Kanyeism II: Putting Pieces Together

  1. Fuentes a las que me he referido en el post:

    Robert Christgau sobre Kanye West (shout out: Noel Blanco Mourelle): http://www.robertchristgau.com/get_artist.php?name=Kanye+West

    God Level: http://pitchfork.com/news/55314-kanye-wests-god-level-co-produced-by-hudson-mohawke-featured-in-adidas-ad/

    Only One: https://www.youtube.com/watch?v=WibQR0tQ0P8

    FourFiveSeconds: https://www.youtube.com/watch?v=kt0g4dWxEBo

    Colección “Yeezy One” + “Wolves”: https://www.youtube.com/watch?v=TEYaLzRDyIA

    Entrevista con Zane Lowe en BBC Radio 1 : https://www.youtube.com/watch?v=4Rn0hDB6Z8k

    Sobre Zara y H&M:  http://www.style.com/trends/fashion/2015/kanye-west-adidas-originals-interview

    Catálogo Season: http://www.seasonzine.com/

    “All Day” en los Brits: https://www.youtube.com/watch?v=sejyQ2nug0E

    Identificación de los cantantes de grime:  http://www.theguardian.com/music/musicblog/2015/mar/02/was-kanye-patronising-or-boosting-grime-with-his-brits-performance

    Comentarios a la actuación en los Brits: http://www.nme.com/blogs/nme-blogs/wiley-on-why-kanye-wests-brit-awards-salute-to-grime-was-empowering-not-patronising

    Preview video “All Day”: http://www.factmag.com/2015/03/08/kanye-west-premieres-all-day-video-in-paris

    Información de So Help Me God: http://www.hiphopdx.com/index/news/id.32819/title.alleged-tracklist-for-kanye-wests-so-help-me-god-released

    Anthony Fantano sobre Yeezus: https://www.youtube.com/watch?v=Vns-81egipQ

    Entrevista en The Breakfast Club: https://www.youtube.com/watch?v=3zlSygPQJ88

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